Se calcula
que un 30-35% de los trabajadores sufre o va a sufrir un síndrome o depresión
postvacacional .
Volver a la rutina después del periodo vacacional nos puede generar una reacción
emocional de mayor o menor intensidad. En el periodo vacacional se dan lugar varios factores que nos hacen más complicado volver a nuestras rutinas
diarias.
Entre estos
factores encontramos,
- Disponemos
de más horas de sueño, descanso y realización de actividades ociosas
- Podemos
realizar actividades deportivas y en la naturaleza
- Damos
prioridad a las de actividades que nos
gustan, aparcando aquellas que nos resultan negativas.
- Desconectamos
del trabajo.
- Las
vacaciones suponen en muchas ocasiones una vía de escape y liberación de
situaciones especialmente complicadas, que si se desarrollan en el trabajo.
La vuelta a
la rutina suele venir acompañada de
emociones y síntomas físicos como tristeza, ansiedad, llanto, dolor de cabeza,
estrés, preocupación, cansancio generalizado, desanimo, problemas para
conciliar el sueño, o falta de concentración. Es importante detectar si la
intensidad de estos síntomas es muy alta o la duración se extiende más de lo
normal, ya que puede desencadenar otro tipo problemas tales como ansiedad, depresión o enfermedades físicas
cuando se mantienen en el tiempo.
Hay una serie
de factores que facilitan sufrir este tipo de alteración:
Tener un alto
nivel de ansiedad en nuestra vida normal puede facilitar que la vuelta a la
rutina sea especialmente dura.
Volver a una
situación problemática a la que no hemos sabido encontrar una solución, y que
nos afecta a nivel emocional de manera intensa., suponen un reto difícil de
mantener.
Estar inmerso
en un exceso de tareas, y responsabilidades. .
No haber
aprendido a mejorar nuestra gestión emocional. .
Escaso
autoconocimiento de uno mismo.
Carecer de un
objetivo vital que nos motive y nos incentive.
Todo y que no
hay recetas mágicas podemos realizar una serie de acciones para minimizar este
estrés postvacacional,
Planificar el
regreso con tiempo. No se debe cometer el error de volver de vacaciones el día
de antes. Es recomendable incorporarse al trabajo, al menos, un par de días
después de regresar de viaje para que dé tiempo a retomar rutinas.
Trata de
recuperar tus hábitos cotidianos para que tu cuerpo comience a regular su
ritmo. Evita sobrecargarte de responsabilidades los primeros días.
Ten hábitos de sueño adecuados; duerme más
horas y acuéstate más temprano.
No esperes rendir como lo haces habitualmente.
Puede resultar difícil, pero debes trabajar paulatinamente y asumiendo tareas
de forma progresiva. Organízate lo más que puedas durante estos días.
Haz que
tu vida cotidiana te haga feliz; las vacaciones no son los únicos días en lo
que puedes descansar. Durante la semana encuentra momentos en los que puedas
hacer tus actividades favoritas.
Organiza salidas los fines de semana o
puentes. El simple hecho de salir de la ciudad te revitaliza.
Ten una actitud positiva, la forma en cómo
veas las cosas te ayudará a afrontarlas mejor.